A pesar de su tamaño y de la rotunda escasez de agua y tierra cultivable, Holanda es el principal productor de alimentos en el mundo. ¿Cuál es la clave? pensamiento de largo plazo, persistencia, investigación, desarrollo e innovación. Un coctel que suele ser explosivo si se usa bien, en materia de conquista del futuro y del desarrollo.
Holanda ha desarrollado un capital humano importante en sus universidades. El mismo es acogido por las principales empresas y el Estado. Intersantes asociaciones público-privadas le han permitido vender 47,5 billones de euros en alimentos, es decir 45,000 millones de euros, casi 65,000 millones de dólares en exportaciones, casi tres veces más de todo lo que vendemos nosotros. Esto les genera 600,000 empleos a tiempo completo.
En una entrevista a Kees de Gooijer, CEO de la fundación Alimentos y Nutrición Delta, este manifiesta que el secreto está en enfocarse en el consumidor, especialmente el consumidor de alimentos del futuro. Se toman en cuenta muchos cosas: una población que apuesta por alimentos sanos, por la salud, una mayor cantidad de personas de la tercera edad, dietas específicas por persona, etcétera.
Puntos de investigación de esta fundación Alimentos y Nutrición Delta, una asociación público–privada financiada en partes iguales por empresas y el Estado, son determinar dónde van a estar los consumidores de aquí a 10 o 20 años, en términos de su condición física, la resistencia a las enfermedades, la sensación de sentirse bien, la calidad de vida para los adultos mayores, la salud de los niños. La idea es producir lo que satisfaga a los futuros consumidores.
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