El Instituto Nacional de Estadística e Informática, INEI,ha anunciado el Índice de Precios al Consumidor respecto al mes de diciembre del 2007: 0,45%. Aunque usted no lo crea, como diría un famoso dubitativo.
Con ello la inflación anualizada para el año 2007 asciende a 3,93%, índice que según diversos analistas, no nos debe preocupar, pues, según ellos, la inflación del próximo año será menor.
Ya el señor Renán Quispe había anunciado en el mes de noviembre que la inflación de diciembre sería menor pues había una tendencia decreciente. Para el jefe del INEI el índice de un par de meses reflejaba una tendencia. Pues por enésima vez se equivocó y tuvo que reconocer, en cifra por demás digna de sospecha, que la inflación de diciembre fue de 0,45%.
Y sostengo que es digna de sospecha pues en Lima los pasajes subieron 100%, el pollo 80% (principal componente de la canasta familiar), las harinas 35%, los servicios 45% y de nada de esto se habla en el índice presentado. A veces me parece que estamos volviendo a los tiempos de las inflaciones brutas y netas.
La diferencia con dicha época es que había entidades independientes que también calculaban la inflación. El instituto estadístico no era digno de confianza. Ahora los promotores de los indicadores privados o son consultores (Richard Webb) o embajadores (Felipe Ortiz de Zevallos) de este gobierno. Por tanto no les interesa sacar un índice paralelo al de su empleador. Chamba es chamba dirían éticamente.
Lo real es que el ama de casa y el ciudadano de los sectores C,D y E no creen que la inflación anual sea menor a 4%. Basta con ir a los mercados para notar el alza agresiva de los precios de artículos de primera necesidad. Pero de esto no se habla en los medios de comunicación. En ellos sólo tienen cabida los pronósticos optimistas de economistas como Carlos Adrianzén (vinculado a la universidad aprista San Martín de Porres) o Fritz Dubois miembro del parcializado y poco objetivo IPE.