Como para quedar bien con su conciencia, el diario La República coloca en páginas interiores lo que debería ser noticia de primera plana: que el Perú perdió 2,500 millones de dólares por no cobrar regalías a las empresas mineras, que sólo en dos años habrían ganado 22,000 millones de dólares de utilidades extras.
Si en nuestro país existiera una mínima y digna oposición ya el Premier Jorge del Castillo y el Ministro de Energía y Minas estarían enfrentando una seria investigación en el Congreso. Desperdiciar una oportunidad única para rentabilizar los sobreingresos mineros en favor de inversión en capital humano e infraestructura es un delito que, valga la verdad, merece una dura sanción. Pero en nuestro país no pasa nada. Los parlamentarios siguen de vacaciones, hacen una oposición mediática, sólo para los titulares, pero no ejercen el poder fiscalizador que el pueblo les ha dado a través del voto. Los opositores congresistas son simples portadores de lamentos en los medios de comunicación, pero no ejercen ni quieren ejercer, vergonzosamente, su poder.
En Chile, el impuesto a las sobreganancias ha servido para financiar capital humano, educación, becas, innovación. De eso aquí no se dice nada.
En Bolivia se renegoció con éxito los contratos mineros y gasíferos. En el caso del gas se pasó de ganar 16% del total a ganar 80% del total de utilidades. Los españoles no se fueron. De eso aquí no se dice nada.
Los medios de comunicación se han cerrado para ocultar esta información al país. lo mismo sucedió con Montesinos y Fujimori. Lo mismo sucede con García.
En el Perú sólo en el 2006, las empresas mineras peruanas obtuvieron 10 mil millones de dólares adicionales a las utilidades que ya recibían antes del "boom" de los precios de los minerales, mientras que en el 2007 ganaron otros 12 mil millones de dólares. ¿Y qué hace Alan García? Les pide un óbolo de 500 millones de soles mensuales, 150 millones de dólares, cien veces menos de lo que ganan ¿No merece investigarse esto?
El APRA de García no podrá zafarse jamás de una investigación sobre el "óbolo minero", más aún cuando se sabe que familiares de los jerarcas apristas son empleaditos de las empresas mineras. Por unos cuantos centavos canjean lo que le corresponde por derecho al desarrollo del país.
lunes, 21 de enero de 2008
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