domingo, 3 de febrero de 2008

Alan García y la nueva oportunidad perdida

Pienso de manera totalmente contraria a aquellos que sostienen que Alan García es un buen presidente y, exagerando, un estadista. Los hechos, que conforman la realidad, más bien hablan de la impresionante mediocridad del gobierno actual. Ha tenido todo a su favor y sin embargo ha perdido la oportunidad de enfrentar reformas radicales que hagan de nuestro desarrollo no un evento pasajero sino sostenible.
Podemos analizar, por ejemplo, el famoso impuesto a las sobreganancias mineras. Se sostiene que el APRA ha claudicado de legislar a favor de tan importante tributo por una serie de prebendas, las cuales, por supuesto algún día tendrán que ser investigadas. Estas prebendas, que van desde puestos de trabajo a familiares de dirigentes apristas hasta supuestas coimas al más alto nivel, han impedido que el país obtenga sumas importantes de dinero que bien habría podido derivar hacia infraestructura, saldar la deuda interna, construcción de capital humano, seguridad, educación de punta, salud, etcétera.
El día de hoy, Javier Diez Canseco ha hecho mención a este asunto que para nosotros constituye un asunto delicado por el daño que se le ha hecho al país. Ha mencionado que el Perú ha dejado de percibir 5,000 millones de dólares en forma anual y a cambio solo recibe una limosna de 500 millones de soles, mas o menos 150 millones de dólares del famoso y aparente corrupto "óbolo minero". La diferencia entonces ¿A manos de quién se está derivando? ¿ a manos de políticos, de lobbistas, de periodistas? Es una situación muy lamentable pues a diferencia de nuestros países vecinos el gobierno de Alan García no se ha hecho respetar, se ha entregado a los empresarios mineros y ha desperdiciado una gran oportunidad.
Seguramente los abogados y leguleyos que rodean al señor García le dirán "no se preocupe presidente todo es legal". Pues será legal pero a la vez ilegítimo y pernicioso para el país, y no dudamos, que más de un oscuro interés se protege detrás de la decisión de no cobrar el impuesto a las sobreganancias mineras.
Los corruptos piensan que nunca dejarán el poder. Es el síndrome del corrupto, que se apodera de ellos y los hace sentirse semidioses. Siempre quieren tener más. Son las 5,000 camisas de Montesinos y los 20,000 pares de zapatos de Imelda Marcos. Creen que porque un grupete mediático los protege tienen derecho al blindaje y a la impunidad eterna.
Los hechos demuestran que tampoco es así.
Llegará el día en que se sepa el porqué no se cobró, cuando el país lo necesitaba, impuestos a las sobreganancias mineras.

No hay comentarios: