La reaparición de la inflación con la subida de 160% en el precio del arroz ha generado, nuevamente, nerviosismo en el gabinete. Una vez más lo más sorprendente son las respuestas de los que se supone deben calmar a la ciudadanía, con un mensaje sobrio y discreto, que evite generar una inflación por expectativas.
El ministro de Agricultura, por ejemplo, ha comentado que la culpa de la subida del arroz es por la especulación. Es decir plantea respuestas del pasado para problemas actuales. Se supone que estamos en una economía de mercado, en la cual la oferta y demanda definen los precios. Tenemos autoridades "comentaristas", que comentan los problemas del día a día pero tienen una clamorosa incapacidad ejecutiva. De seguro el presidente o sus ministros plantean que reemplacemos el arroz por la papa, el "papa chaufa" se impondrá en nuestras mesas.
El propio Ministro de Agricultura Ismael Benavides ha comentado que el precio del pan debe bajar a la brevedad, ya que el precio de la harina de trigo ha bajado. Ignora el señor Ministro que el pan está compuesto no sólo de trigo sino de aceites, levaduras, sales, que también han subido y mucho su precio. Lamentablemente el precio del pan no tiene por qué bajar.
En otro sector, el del empleado bancario con licencia, Luis Carranza, hace unos días se sugería que se ahorrara en soles, se planteaba inclusive que se cambiaran dólares por soles, que el sol se había fortalecido. Aquellos que confiaron hicieron caso a los ministros y cambiaron sus dólares por soles. Ahora resulta que el tipo de cambio del dólar se está incrementando, "está subiendo el precio del dólar" en lenguaje coloquial, con lo cual algunos miles de ciudadanos se han vuelto a perjudicar.
No hay rumbo. No hay políticas sectoriales. Ese es el problema de fondo. Por eso es que tenemos ministros como los que tenemos: veletas que se mueven al ritmo del viento de la emoción presidencial.
viernes, 9 de mayo de 2008
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