martes, 3 de junio de 2008

Machu Picchu fue descubierta 44 años antes de lo que se creía

El ABC de España nos trae una noticia que nos sorprende: Machu Picchu fue descubierta en 1867 y no en 1911 como se creía. El descubridor fue un empresario alemán Augusto Berns y no Hiram Bingham arqueólogo de la Universidad de Yale.

La nota completa es la siguiente:

Una detallada investigación, llevada a cabo por el historiador y explorador Paolo Greer, revela que Machu Picchu fue descubierto por primera vez por un aventurero y empresario alemán, Augusto Berns, en 1867, y no por el arqueólogo de la Universidad de Yale Hiram Bingham en 1911, como se creía hasta ahora.
La investigación de Greer en archivos de Estados Unidos y Perú ha desenterrado documentos que prueban que Berns creó una empresa expresamente para saquear Machu Picchu y su entorno inmediato. La empresa, conocida como Compañía Anónima Explotadora de las Huacas del Inca, contaba con el apoyo de algunos de los personajes más importantes de Perú, entre ellos el presidente del país. Los hallazgos de Greer, examinados junto con material de documentación descubierto por un arqueólogo peruano, demuestran que en 1887 el Gobierno peruano consintió el saqueo de Machu Picchu y firmó un acuerdo con Berns, según el cual se permitía a éste exportar el material y el Gobierno se reservaba un 10% de los ingresos.

Uno de los socios comerciales de Berns en la empresa fue el director de la Biblioteca Nacional de Perú por aquel entonces. Su colega de más rango (el vicepresidente de la empresa) era profesor de patología en una universidad de Lima y un coleccionista de antigüedades que acabó vendiendo su colección a un museo de Berlín.

Machu Picchu fue construido en el siglo XV por el emperador inca Pachacuti, que casi con toda certeza fue enterrado ahí cuando murió, en 1471. La ciudad tenía un importante templo en honor al sol y es probable que la tumba de Pachacuti y el templo estuvieran decorados con grandes cantidades de oro, cuya mayor parte se retiró casi con toda seguridad en 1432, en un vano intento de rescatar a Atahualpa, el último emperador inca, capturado por los conquistadores españoles. Sin embargo, es concebible que Berns encontrase cantidades ingentes de cerámica de alta calidad y otros artículos que no se exigieron para el rescate.

Durante su investigación, Greer localizó una lista de 57 contactos de Berns, estadounidenses, británicos y de otras nacionalidades, y otras personas que posiblemente compraran las antigüedades que Berns o sus asociados encontraron en Machu Picchu. Pero hasta ahora no se ha descubierto ninguna lista de los hallazgos y la investigación se ampliará ahora a Estados Unidos y Europa para intentar localizar cualquier tesoro perdido de Machu Picchu en colecciones privadas y otras colecciones.

Greer ha encontrado en los archivos peruanos documentos escritos por Berns que revelan que entre 1867 y 1870 exploró Machu Picchu y descubrió varias estructuras subterráneas selladas. Antes de planear, con apoyo gubernamental, la forma de saquear el lugar, Berns predijo que estas estructuras «contendrían sin duda objetos de gran valor»: los «tesoros de los incas».

En un principio, Berns viajó a la zona para talar árboles y fabricar traviesas para un proyecto ferroviario peruano. Hacia 1870 ya había realizado una exploración preliminar de Machu Picchu. Más tarde, como el ejército chileno había ocupado gran parte de Perú durante la guerra del Pacífico de 1879-83, Berns se trasladó durante un tiempo a Panamá y puso en marcha una empresa peruana, registrada en Estados Unidos, denominada Compañía Minera de Minas Incas de Oro y Plata. Finalmente, en 1887, regresó a Perú y creó su empresa de saqueo de antigüedades, y es de suponer que volvió a Machu Picchu, aunque lo que allí encontró y luego vendió sigue siendo un completo misterio. Pasaron otros 40 años antes de que la ciudad fuera redescubierta por el famoso académico de Yale, Hiram Bingham.

La revelación de que los tesoros arqueológicos fueron saqueados, casi con toda certeza, con el apoyo del Gobierno peruano a finales del siglo XIX llega justamente en un momento en que Perú redobla sus exigencias de que le sea devuelto el material que Hiram Bingham halló en Machu Picchu (y que actualmente se encuentra en la Universidad de Yale).

CONTRASTES

El contraste entre el auténtico descubridor de Machu Picchu -de cuya existencia se ha sabido hace poco- e Hiram Bingham no podría ser mayor. August R. Berns era un oscuro empresario alemán que fundó un pequeño negocio de producción de traviesas de ferrocarril en Perú en la década de 1860. Compró unos terrenos cercanos a las entonces desconocidas ruinas de Machu Picchu para talar árboles de los que sacar madera. Descubrió y exploró las ruinas entre 1867 y 1870.

Hiram Bingham era un historiador, arqueólogo, explorador, aviador y político estadounidense. Hay quien ha llegado a insinuar que el taquillero personaje de Indiana Jones está inspirado en él. Bingham enseñó en las universidades de Harvard, Princeton y Yale, y fue miembro del Senado de Estados Unidos y gobernador de Connecticut. Sin embargo, hasta ahora, siempre ha sido más conocido por ser el descubridor de Machu Picchu, la ciudad perdida de los incas, que ahora ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que constituye una de las atracciones turísticas más famosas del mundo. Su libro de 1948 sobre Machu Picchu, «La ciudad perdida de los incas», fue un éxito de ventas. Y en el propio Machu Picchu, la pista de montaña que lleva a las ruinas se conoce como «carretera de Hiram Bingham».

La revelación de que Berns fue el auténtico descubridor de Machu Picchu (cuatro décadas antes que de que Bingham «descubriera» el yacimiento) se publicará en la próxima edición de la revista «South American Explorer».

Autor: David Keys

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