Hugo Chávez decidió convertirse en dictador eliminando la libertad de prensa y de expresión en Venezuela. Ante los hechos consumados y repudiados por las principales democracias del Mundo el gobierno de Alan García optó por el camino de la tibieza y la ambiguedad y nuestro Congreso, peor aún, ni siquiera eligió un camino, evadiendo la posibilidad histórica de un contundente pronunciamiento de protesta. ¿Qué motivó este extraño comportamiento de nuestras principales autoridades? ¿Una extraña complicidad? ¿Ollanta y Alan han encontrado enrarecidas y recientes coincidencias? ¿O el tamaño de nuestros políticos es tan pequeño que prefieren callar para evitar el insulto caribeño que de seguro viene como respuesta? Sea cual sea la razón, nuestro país, que ha sufrido la tiranía de los silencios y las persecuciones con Velasco y Fujimori, no merecía ante el asalto venezolano quedarse como mero espectador.
De allí que la actitud del presidente Alejandro Toledo sea reinvidicativa con la Nación peruana. En un editorial publicado por el periódico más importante del mundo el New York Times, el presidente Alejandro Toledo le ha hablado al dictador caribeño de frente y de pie, como se enfrentan a los que aplastan los derechos ciudadanos. Ha expresado con absoluta claridad que a las democracias, en su esencia, se les debe defender pues en el terreno de los principios no deben caber cálculos ni medias tintas. Alejandro Toledo ha hablado, como en su momento habló acá, sin temer a las represalias. El colocó por encima del insulto la defensa de los valores democráticos pues sabe que estos son muy importantes para el desarrollo de la Nación. Y ha sido de los primeros en hacer frente, de manera pública,a los atropellos venezolanos. Pues qué fácil es condenar cuando todos ya han condenado o qué facil es discentir cuando ya todos han discentido. Lo importante para un político es convertirse en la luz que oriente el camino de otros y ello se logra con el liderazgo que como en esta nueva lucha emprende Alejandro Toledo. Los hermanos venezolanos ya no deben sentir estupor de la actitud de nuestros gobernantes y congresistas. Ya no deben sentirse sólos, pues el espíritu de solidaridad latinoamericano ha despertado gracias a la voz de protesta que ha elevado Alejandro Toledo. En las democracias, cuando son respetadas, no caben las ambiguedades que devienen en silencios cómplices que ayudan a consolidar el atropello. Más bien los valores democráticos deben defenderse con valentía y claramente. Ese es el camino que eligen los que la respetan. Ese es el camino que eligen los que con su trayectoria dan ejemplo. Ese es el camino que ha elegido Alejandro Toledo: una vez más el de la defensa de la Democracia.
política Juan Sheput
política Perú Alejandro Toledo
Venezuela Hugo Chávez
Congreso Alan García