sábado, 16 de junio de 2007

¿Duro golpe para la mafia?

Mientras Jorge se pelea abiertamente con Meche, vemos que sin pudor alguno Alan se pasea con Kouri el amigo de Montesinos. La cumbre de testaferros del último Martes en el restaurante Fiesta no debe verse como un hecho aislado protagonizado por Agustín Mantilla, sino como parte de un conjunto de episodios que demuestran que la mafia fujimontesinista está desesperada por ocupar cada vez más espacios de poder. Para ello la mafia requiere de un partido debilitado incapaz de dar soporte al gobierno. Ello la convertiría en el imprescindible colchón de seguridad que le daría gobernabilidad a un gobierno que tiene en el presidente García a un personaje con bases nada sólidas, carcomidas por acusaciones de corrupción y de atentados contra los derechos humanos. La mafia ya no se contenta con tener amigos en el entorno presidencial, en el gabinete o en las vicepresidencias. Quiere copar las instituciones. Por ello el Tribunal Constitucional era un hito, controlable, que le permitiría declarar como inconstitucionales una serie de procesos contra elementos visibles del grupo corrupto fujimontesinista. No debemos olvidar que estamos muy cerca de una serie de sentencias judiciales, las mas duras, que complicarían el futuro de los por ahora detenidos del régimen cleptocrático que nos saqueó durante la década de los 90.
Por tanto no creemos que este almuerzo haya sido una celada para evitar que la congresista Mercedes Cabanillas sea electa de nuevo presidenta del Congreso. Estamos en presencia de algo más sofisticado, que se viene articulando lenta pero silenciosamente, con objetivos claros como el copamiento de instituciones, el debilitamiento de los partidos y la cooptación de algunos medios de comunicación. La mafia se está jugando los descuentos en esto. Sabe que tiene al frente a un grupo de políticos, organismos de la sociedad civil y medios de comunicación que están haciendo periodismo imparcial que no van a permitir que el Perú retroceda a categorías gubernamentales dignas de Papá Doc. Y es por ello su desesperación, porque el tiempo pasa, viene la extradición, vienen las condenas más duras, se acaban los recursos de origen oscuro y sobre todo se debilitan los aliados. Todo ello les configura un escenario de angustia que los lleva a cometer "errores", errores que son repudiados por la Nación.
Por todo ello se debe insistir en volver a fojas cero todo el proceso de elección de magistrados al Tribunal Constitucional dejando de lado posturas fujimontesinistas como las del funcionario Rafael Rey en el sentido que sea el Poder Judicial el que los elija, seguramente pensando en Alejandro Rodriguez Medrano. Los nuevos magistrados al Tribunal Constitucional deben ser elegidos individualmente, con absoluta transparencia y por el Congreso de la República. De lo que decida el Congreso en las próximas horas dependerá que celebremos una derrota para la mafia o lamentemos una victoria para la misma.